Antonio Zamora Maraver con 21 años, destaca en la Liga más por lo que produce para sus compañeros que por sus goles. Ha ganado fama por la cantidad y por la belleza de algunos de ellos, por lo general procedentes a su ímpetu bregador y luchador, su particular sello, una liturgia ciertamente espectacular en el "9" del Adra.
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Los ha fabricado de todas las facturas: de cabeza, dibujando galopadas, desde la izquierda, derecha y cruzando la pelota por bajo, sorprendiendo y llegando oportuno para rematar asistencias sobre el punto de penalti.
Sus 14 aciertos le sitúan entre los mejores pistoleros del torneo. Tres le ha hecho al Huetor Tájar, dos al Vera, Alhaurino, Baza y Santa Fe, y uno, al Arenas, Loja y Antequera.
No es como para perderle el respeto este domingo en Miramar, sobre todo porque afila sus colmillos si la caza es de media tabla para abajo, pero sí para saber que su influjo en su primera experiencia en el campeonato de Tercera División, está siendo más jugosa en otros sentidos, como por ejemplo el de agitar el ataque y facilitar espacios con su endemoniada movilidad con y sin pelota.
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En la Preferente Almeriense, la temporada anterior, con la UDC Pavia, marcó 22 goles. Hoy en día, es el sexto máximo goleador en Tercera, de momento, a cinco del “Pichichi”, Murci, del CD Ronda, con 19.
Se ha sacado golazos de la nada. Uno por aquí y por allá, golazos, otra vez, sin más definición, digno de los mejores, de los que repetirían un millón de veces si el delantero centro capitalino-abderitano fuera otro, si luciera otra camiseta. Un gol, otro más, con premio.
Se podría pensar que es casual, no es así. Antonio Zamora, que ha pasado por todas las fases posibles desde que aterrizó en Adra --un desconocido--, es un delantero de valor seguro, palpable. Lo refrenda el compromiso personal y el fútbol que ha mostrado desde que llegó a Miramar de la mano del mister Manolo Soler. Lo revelan, indiscutibles, sus números. Catorce goles, cada uno de un color, todos valiosos, apreciados, sobre todo útiles.
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Pueden parecer pocos, según y quién lo mire, porque no son una barbaridad para los 32 partidos que ha jugado. Pero tampoco es Cristiano Ronaldo, ni se le pretende comparar. Sea como sea, es una joya, un tesoro para este Adra que ahora vuelve a jadear en busca de triunfos y puntos.
Desde mi punto personal, es donde se halla el gran valor de los goles de Zamora. Los que ha dado ya, y los que van a hacer falta en un futuro. Se ve seguro. Goles que son triunfos, goles que son puntos. Para todos.
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