SAN MARCOS DESBOCADO

Una paupérrima actuación arbitral y Calores, cabalgan unidos a la suspensión del encuentro.

Ni que decir tiene que lo vivido en la mañana de hoy es de vergüenza impropia.
No se veía venir,no se notaba,no era palpable. El arbitraje no era para nada bueno, pero menos incompresible, fue la agresión que el jugador local, Manolo Calores, propino con un cabezazo, al trencilla malagueño Arias Padilla.


No hay excusas. Fue lamentable. En el minuto cuarenta y cinco, cuando los lojeños se adelantaban en el marcador por mediación de Choco, en la siguiente jugada, Calores se marcha de cara a portería, y para sorpresa suya, el colegiado pita el final de la primera parte en esos momentos. Las continuas protestas del jugador local hacia el afiliado no se hicieron esperar, por no proporcionarle continuidad a la jugada. En un cruce de maltrecho vocabulario, Arias Padilla, señalando el descanso entonces y ante las continuas protestas del jugador, le muestra tarjeta roja directa.

Manolo Calores, hace frente al colegiado y le suelta un cabezazo, que hace caer al trencilla al suelo conmocionado. De pronto, ambos, son rodeados por jugadores y directivos de ambos equipos.


La respuesta colegial no se hace esperar una vez en vestuarios. El partido queda suspendido, por encontrase en facultades mínimas de continuar el choque.

Arias Padilla, fue trasladado hasta el Servicio de Urgencias de Adra,acompañado en todo momento por miembros de la Guardia Civil. En la revisión medica, el colegiado abandonó con un collarín el servicio medico. No hizo acta del encuentro ni de lo sucedido, quedando pendiente al Comité de Competición para los próximos días. El colegiado pudo equivocarse en sus decisiones, pero Calores, aún más con su deplorable acción. La Fiesta de San Marcos quedó al trote. Triste.