Un Adra transformado, lleno de fe y de fútbol, empata a cero goles frente al Atlético Mancha Real.
El Adra hizo contra el Atlético Mancha Real lo más importante; cambiar su imagen de los últimos partidos y salir con la cabeza muy alta en una buena sintonía de todo el equipo.
De esa comunión, el equipo de Manolo Soler, emitió reconocibles señales de mejoría para ir recuperando la autoestima y la simpatía de la afición. De un plumazo consiguió los dos objetivos, nada sencillo puesto que el equipo transita aún por una fase de reconstrucción deportiva absoluta.
Se dio, sin embargo, un fenómeno poco habitual, jugaron con espíritu mosquetero, todos para uno y uno para todos, y rindieron como si en ello les fuera la vida y el honor frente a un rival de prestigio. Todo un despliegue en el orden colectivo.
El Atlético Mancha Real estuvo pobre en consistencia y solo inquietó en dos disparos que Bere y Juanlu, sacaron bajo el arco. Todo el peligro mancharealeño vino a balón parado, bien en los saques de banda de Salva – El Frankenstein- o en los diez saques de esquina sobre el marco de Ávila.
La primera mitad el ritmo fue nivelado por ambos equipos, aunque la expulsión del “Bambino” Giuseppe en la segunda mitad, hizo multiplicar el trabajo de todo el equipo abderitano.
En la A. D. Adra, la actuación estuvo muy por encima de lo previsto incluso en lo individual, donde destacaron todos por su obligación colectiva, un compromiso que le dio alas para buscar incluso la victoria. Fue un partido completo porque a su entusiasmo, orden táctico y un tratamiento de la pelota inusual por correcto, añadió otro sorpresa; en ningún momento les flaqueó las piernas bajo la constante exigencia física que solicitaba la presión situada, la de ayudas, el trabajo defensivo y la salida hacia arriba con sentido común y profundidad.
La portería, la del Santo Ávila, estuvo a buen recaudo y en ataque florecieron ocasiones elaboradas como las que no terminaron Iván Acién, Zamora y Calores. Hubo otro acierto al reducir el centro del campo a una estación de paso, a un territorio en el que fueron más importantes los metros ocupados que los balones tocados y donde el Atlético Mancha Real sufrió una angustiosa asfixia.
En un encuentro que pedía de todo, el nuevo Adra le dio mucho más, incluso fortaleza mental y madurez, y divirtió al aficionado. La permanencia parece haber pasado a un segundo plano, pero no es conveniente desplazarla de la primera posición de prioridades aunque haya indicios para pensar que la salvación ya no será un tortuoso camino.
El Adra dio una lección de humildad y entrega frente al Mancha Real, y debe conservar esas armas contra todos los adversarios que le vienen a partir de ahora. Cierto, es el mismo equipo, pero con una vieja y pesada herencia de la que se ha de desprender sin bajar un segundo la guardia.
(Reportaje Fotográfico gentileza de Matias Cobo)
Ficha Técnica
• ATLÉTICO MANCHA REAL: Mendoza, Mateo, Chemy, Chico, Salva, Bolaños, Alex (Juanito m. 67), Juanma, Vitu, Negro y Pablo.
• A. D. ADRA: Ávila, Bere, Callejón, Muley, Carmona, Juanlu, Calores (Alex Tejada m. 82), Giuseppe, Corbacho (Zamora m. 60), Iván Acién y Zeki (Alex Chico m. 71).
Incidencias: Estadio La Juventud, ante menos de 500 aficionados. Comportamiento y caballerosidad de todos los aficionados mancharealeños con la expedición abderitana.
Goles: 0-0
Árbitro: Reyes Estévez (Granada).
Tarjetas: Amarillas para los locales, Chemy y Chico; así como también a los abderitanos, Ávila, Muley, Juanlu y Zeki. Expulsó a Giuseppe por doble cartulina amarilla en el minuto 65.
lunes, 15 de marzo de 2010
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