LA "CHIRIMOYA MECÁNICA" DE MIGUEL NOVO.

Conocí a Miguel Novo, el actual técnico del Motril Club de Futbol, en un encuentro entre la Agrupación Deportiva Adra y Polideportivo Ejido en Tercera División en Miramar, (1-0) para los abderitanos. En la rueda de prensa (algunos años menos) se presentó con jersey gris y rubio de pelo, sin canas como ahora. No mostraba nerviosismo, su semblante era firme y no desviaba la atención a tanta pregunta.


Su mente inmóvil tuvo un buen y bueno, tan repetitivo sobre el jugador local Salinas, ya saben, ese moreno joven “Bichucho” que sin contraer matrimonio por entonces, dejó al actual técnico del Comarca de Nijar, Casado, con los papeles del divorcio sobre el piano de casa por su marcaje. Dicen desde entonces las malas lenguas que Antonio Casado, sueña con Paco Salinas. No le den el email.

Miguel Novo, el viejo conocedor de banquillos, es una especie en peligro de extinción, un animal devorador de las matemáticas del entrenador, por que no nos equivoquemos, los actuales instructores son mera estadística y sin, o ellas, no son nada.


Pero estamos ante un caso único, un fenómeno extraño en una noche de domingo con Iker Jiménez. El Motril, el supletorio gran hermano en la provincia de Granada como afluente futbolístico, está dirigido ésta temporada por Miguel Novo, el novo líder, que diría un gallego que también jugó en el Motril.
Miguel es paciente a la hora de inculcar a su equipo la materia futbolística y si es preferible, saltar por los aires la pizarra, lo mismo que me repite una y otra vez, un gran amigo mío, Juan Lozano, otro viejo sobrino radiofónico: “dame puntos y llámame tonto”.


No es comparable la naranja (a veces agria) a la chirimoya, en cuanto a la mecánica futbolística se refiere, pero la naranja de Cruyff, nunca ganó nada, refiriéndome a las dos finalísimas mundialitas, y sin embargo, la "chirimoya mecánica" de Miguel Novo, está a punto de ser, con permiso del Adra y otros, en uno de los primeros equipos en alcanzar el cenit de la clasificación para la liguilla con una defensa que no chirría por ninguna bisagra y de toque de balón corto desde la sala de maquinas, hasta la proa delantera.


Cuando cruza los brazos con talante en el banquillo, es significado de retumbe para los oídos hacia los suyos, sus jugadores, esos, que a modo de confección de retales motrileños están defendiendo un liderato tan caro como los Presupuestos del Estado pero con la difencia que saben donde se dirigen con la austeridad de la Directiva. Es el Motril más motrileño de la historia, humilde y con identidad, dejando de ser un gigante con los pies de barro.

La generación de jugadores actuales han alcanzado la delantera del liderato por las enseñanzas del actual técnico y eso que en 2008 rechazó una oferta del mismo Motril Club de Futbol para coordinar el futbol base motrileño. No era justo, lo digo por que un entrenador como el, no se merecía tan corto jubileo futbolístico, ese, que hoy en día, baraja los mejores números de la entidad blanquiazul en su corta historia futbolística.


Ni siquiera la mejor generación de futbolistas en Motril ha alcanzado llegar a la altura de esta actual chirimoya mecánica de Miguel Novo. Es cierto, Motril ha tenido, a grandes jugadores, Hontoria, Villalta, Fabián, Castillo, Indalecio, Martínez… es curioso, solo el primero, nunca llegó a jugar en el Adra, pero para aplacamiento, un entrenador que tuvo el Motril, en los años 50, ascendió a la Ciudad de Adra a Tercera División por primera vez en su historia.


Miguel Novo, el real técnico, dijo en la tercera jornada en Miramar a la conclusión del empate a cero entre abderitanos y motrileños: “¿El Adra? Tienen un equipazo”.

En ese instante encabezó el titular a la nueva era de la "chirimoya mecánica" y el domingo, visita el “Escribano Castilla” el Adra, la “melva canutera roja”. Sin comentarios.