DEL MANICOMIO...A LAS VICTORIAS.

Uno se imagina que los números deberían explicar el juego, o el juego llevarnos a los números. Podemos hablar del partido, o podemos nombrar sólo el resultado.

En fin, una cierta conciliación entre una cosa y la otra. Pero cada vez con mayor frecuencia sucede que ni uno ni otro se explican como es debido. Intentemos resolver la ecuación.

La Agrupación Deportiva Adra – desde los foros externos- trataron de machacarle a base de una crítica torturadora de aquellos que aún, siguen llamándose “profesionales”. Lo cierto es que el periodo estival al inicio del campeonato liguero, comenzó en un patio de colegio y acabó en el manicomio. Estuve lleno de dudas hasta incluso por el estreno del equipo y finiquité mis titubeos ante tanta hipocresía de llamadas en las que me decían “amigo del alma”.


¿Dónde vivirá el Adra? ¿Quién será a partir de ahora? ¿Dónde jugará?. Pero no, seguimos vivos. No somos aquel equipo que afamados destractores querían. No es un equipo blando y descosido, tiene carácter y vive continuamente en tensión, persiguiendo la pelota sin miedo a entrar en contacto con ella, sin importarles la transmisión de una enfermedad infecciosa. La alianza del miedo lo metió en una habitación sin pizca de luz, a ciegas, pero Isidro Ferrio, el Presidente, siempre a la cabeza de una DIRECTIVA trabajadora, se sacudió a las críticas en una verbena de despejes. Ahora la dirección Directiva y Técnica no falla y ha conseguido sacar de sus propias casillas, a cualquier pacífico maestro de Tai-Chi.


Manolo Soler, como me temía, ha aplicado a la Agrupación Deportiva Adra, un plan estratégico diseñado en función de cada rival, quizás hasta del campo, del viento, quién sabe si de la mirada de un cenizo; sin atender a más cuestiones que el seguimiento de su propio estilo, dando un golpe de estado contra el régimen que había transformado el juego y ambiente del Adra en una lima.

Tiró a la basura cualquier habladuría, hermana de los experimentos, al inicio de temporada y aplicó la lógica para salvar del manicomio al Adra. Desmontó a tiempo las envidias y le devolvió la brújula a un equipo que se hundía en su propio vaso de agua.


Hoy día, el Adra, está abandonando el tanatorio con buena cara y se ha desprendido de la imagen de cadáver que le habían colgado y asciende a la antesala de la salvación sin descartar nada. La A. D. Adra de Manolo Soler Barrionuevo, "Chemy", Antonio Parrilla y toda la DIRECTIVA, incluida la AFICIÓN, no conoce la palabra “descenso” en su vocabulario.

Si, del manicomio a la victoria. La existencia del “Respetable” fue un viaje escalofriante, pero que traerá primero la salvación y del que se debe extraer una conclusión para el futuro: "no quiero a gente con el rosario al cuello y al diablo por dentro". Fue peligroso mientras duró.