Hospital de El Poniente (El Ejido) Sábado 14 de Junio de 2005
03.42 horas.
Recuerdo esa madrugada.
Escribía el artículo para un conocido periódico para el cual colaboraba. La habitación estaba tan agotada como la invitación que me propusieron para la inauguración del que llamaron “Nuevo Estadio de Miramar”. Alguien pensó que me había metido un gran gol, pero lo que no sabía es que me encontraba defendiendo el área de cualquier ataque maléfico de aquella habitación de hospital. Contentos o contentas, sinceramente, no me movía por el momento de pasión de ese convite.
Me puse a escribir… y aquellos ojos azules hermosos, en aquella habitacion hospitalaria, se clavaron en los mios como el escudo de la A.D. Adra. Sus labios murmuraron, pero callaron un momento hasta que comencé a escribir.
No sé como empezar – pensaba- ¡Que sensación! ¡Qué recuerdos! En tan sólo pocos minutos marcó en San Pedro de Alcántara frente al Manilva y quedó bautizado como RAMONGOL en 1.996.
No sé si desde entonces cambió, antes era una margarita: partido sí, partido no, era expulsado.Maduró tanto como el óxido hipócrita que persige al ser humano.
El 24 de octubre de 1989, José Ramón García Sierra, se inscribe en la A.D. Adra en categoría infantil y con tan solo 17 años y 8 meses debutó en la Tercera División sustituyendo a Eduardo Roda (la joyita) en Miramar. Recuerdo al jienense Lendines Cruz al árbitro de aquel partido levantándole del suelo en dura entrada de un contrario.
Estuvo a punto de entrar en el deseo de Antonio Tapia en su primera temporada en Segunda División con el Polideportivo Ejido.
Siempre con el 8 en la espalda sus amigos demandaban verle en Miramar cada domingo.El pitido inicial hacia hervir la olla. En Cuevas de Almanzora en 1.999 hizo rebosar el caldo de su esencia. El solito trajo de cabeza a todos y derramó fútbol por el lomo. Empató el Adra a uno y el técnico del Cuevas dijo:
-¿Quién es el ocho que nos ha hecho un siete?
Fué un jugador altruista, siempre que podía finalizaba la jugada personal o envíaba el pase al compañero mejor situado.
Además de su contundencia y capitanía conservó un gran recorrido con criterio y rapidez en conducir la pelota.Fué una columna vertebral sólida.
Creación, fuerza y contundencia.
Su mayor prólogo consistía en el espíritu de sacrificio. Con RAMONGOL la grada se inyectaba sangre nueva.
Era capaz de dar proyección al ataque a todo el equipo e inventar jugadas de gol con una personalidad y tranquilidad en la zona media del campo.Era aguerrido, ganador y se desenvolvía bien en ataque con su disparo desde la media distancia.
Siempre he dicho que RAMONGOL es el sello de la calidad, una enciclopedia de cien volúmenes, pero era mejor verle en acción que escribir sobre su vida como futbolista, ya que; los buenos libros contienen párrafos malos y él era distinto en la portada del campo, no perdía el pulso a la lectura y al guión, después de toda una vida ligada y titulada en el Adra.
Anduvo en la cuerda envidiosa durante dieciocho temporadas,mientras muchos ni le vieron jugar y defender el brazalete de capitán y capitaneando a un equipo que deambuló en pobreza de resultados y rico en polémicas por falta de quienes quisieron enviarlo al asilo antes de tiempo.
Mi madre...la mejor invitación silenciosa de aquella habitación, me miró fijamente y me dijo aquella noche…!!pues si que es guapo ese ocho!!.
Hospital de El Poniente (El Ejido). 04:27 horas.
sábado, 24 de octubre de 2009
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Felicidades por el articulo,me he emocionado,muy precioso.Marga
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